Entrevista del Dr. Benjamin Suárez-Jiménez sobre el trauma sobre de estrés post-traumático desatado a raíz del asesinato de George Floyd a manos de la policía en Minnesota

 

English Version

La muerte de George Floyd centró la atención de los Estados Unidos en la persistente problemática de la brutalidad policial contra los afroamericanos y otras personas de piel negra. Este problema ha tenido un profundo impacto no solo al nivel de la seguridad del país y nuestras comunidades, sino también sobre la salud mental de innumerables estadounidenses, especialmente en los jóvenes negros y sus familias. Hablamos con el Dr. Benjamín Suárez Jiménez, Profesor Asistente de Neurobiología, del Programa de Investigación y Tratamiento del Síndrome de Estrés Post-Traumático (o Post-Traumatic Stress Disorder, PTSD por sus siglas en ingles) de la Universidad de Columbia sobre los efectos sobre la salud mental que han recaído sobre individuos y comunidades en todo Estados Unidos.

Universidad de Columbia: El PTSD se asocia generalmente con soldados que han entrado en combate, pero ¿puede afectar a personas expuestas a experiencias fuera del ámbito militar?

Dr. Suárez-Jiménez: Fuera del ámbito militar muchas veces la gente no se da cuenta que ha estado expuesta a un evento traumático y no logra reconocer que podrían tener PTSD. Las experiencias traumáticas son aquellas en las que una persona se siente que la vida propia (o la vida de un ser querido cercano) está en peligro. Por ejemplo, abuso sexual, violencia doméstica, accidentes automovilísticos o incluso algunos desastres naturales como huracanes y terremotos [pueden causar PTSD]. No importando cómo o dónde se experimenten estos traumas, el PTSD frecuentemente causa que las personas se aíslen, se depriman, tengan dificultades para dormir (generalmente debido a pesadillas asociadas con la experiencia traumática) y se vuelvan híper-vigilantes ante su entorno. Los pacientes con PTSD pueden reaccionar dejando de practicar el auto-cuidado, perdiendo la capacidad de trabajar de manera efectiva y eficiente (lo que les lleva a perder sus trabajos frecuentemente) alejándose de sus amigos y familiares (se sienten aislados) y volviéndose un tanto paranoicos ante cosas inocuas que ahora perciben como potenciales amenazas (por lo que pueden preferir casi no salir de su hogar y desconfiar de todos). Al final del día, el PTSD afecta a las personas dentro y fuera del ámbito militar de la misma manera, a menos que reciban atención psiquiátrica.

Universidad de Columbia: Después las recientes protestas en torno a la muerte de George Floyd, ha aumentado mucho la atención hacia la brutalidad policial. ¿Cómo puede llegarle a afectar un encuentro violento con la policía a quien lo sufre?

Dr. Suárez-Jiménez: Es una situación muy difícil. Por un lado, como ciudadanos, se nos inculca a que debemos confiar en la policía y en el sistema legal como nuestros protectores, así que cuando se llega a romper esa confianza, esto tiene un gran impacto en nuestro bienestar moral, espiritual y mental. La dificultad radica en que, dado que no sabemos cómo se siente o piensa el agente de policía en particular con que nos topamos, se vuelve difícil distinguir a un agente de policía con intenciones legitimas, del otro (para la persona afectada por el acto de violencia) y es muy fácil generalizar en exceso nuestra desconfianza hacia todos los policías y el sistema de justicia. En parte, esto también es difícil para los agentes de policía cuya intención realmente es mantener la paz y hacer cumplir la ley [sin prejuicios] y como son el centro de la atención pública en este momento, tienen mas presión por hacer bien su trabajo.

El problema [escala] cuando el oficial de policía (consciente o inconsciente de sus prejuicios raciales) intensifica esa situación, por su prejuicio y/o estereotipos. Entonces, si vemos que un oficial de policía maneja mal una situación, ¿cómo podemos nosotros, como espectadores o víctimas, hacer algo al respecto sin causar más problemas, violar la ley o ser perjudicados? Creo que esta es la gran lucha que enfrenta la sociedad en este momento y se está comiendo nuestra brújula moral, ¿ayudamos o nos alejamos? Y presenciar un asalto o un encuentro violento de un oficial de policía o cualquier otra persona puede ser tan traumático para el espectador como para la víctima. Principalmente por la sensación de no poder hacer nada.

Universidad de Columbia: ¿Pueden las personas en las comunidades afectadas por esto, que ven a sus amigos, vecinos o familiares tener encuentros violentos con la policía experimentar PTSD? Si no, ¿cómo les afecta eso?

Dr. Suárez-Jiménez: Por supuesto, incluso si su amigo o familia llega a casa y le cuenta la historia de cómo encontraron (u observaron) un encuentro violento con la policía, esto podría causar PTSD. No tiene que experimentarlo para tener PTSD. Aprenderlo de un familiar o un amigo cercano, o presenciarlo puede tener un fuerte impacto como el de la víctima. Estas acciones tienen oleadas de víctimas que no se ven ni se escuchan.

Universidad de Columbia: ¿Qué tipo de efecto psicológico tienen estos incidentes en los agentes de policía? ¿Tanto los involucrados en incidentes como los que no?

Dr. Suárez-Jiménez: Esta es una pregunta difícil porque depende, ¿el oficial de policía realmente siente remordimiento o no? Y no me refiero a quienes dicen tener remordimiento por lograr reducir su castigo o por disculparse para mantener su trabajo. Me refiero aquellos que realmente reconocen que actuaron mal [y eso los afecta]. Todos tenemos prejuicios internos basados ​​en los medios de comunicación a los que estamos expuestos, la sociedad en la que crecemos y las enseñanzas de nuestras escuelas y familias. Todos debemos reconocer que [como seres humanos] somos parciales y que estas cosas afectan nuestro juicio. Si reconocemos eso, podemos trabajar en ellos para reducir nuestros prejuicios y actuar de manera diferente cuando nos encontramos con [situaciones que despiertan] prejuicios. Si un oficial de policía cree en la supremacía de la ‘raza blanca’ entonces podría enorgullecerse de esa ideología y actos, independientemente de [que resulten para el o ella en] en consecuencias negativas. Si un oficial de policía no esta consciente de sus prejuicios, y llega a cometer un acto del que jamás se imagino que fuera capaz, y después reflexiona sobre sus acciones y se da cuenta de que esta sesgado y de que estaban equivocado, esto realmente puede ser un evento traumático para esa persona.

Por ejemplo, muchos soldados se ven en la situación de tener que levantar sus armas en contra de civiles cuando se encuentran en una zona de guerra e incluso este simple acto puede ser traumático tanto para el personal militar como para el civil que está del otro lado del arma. A veces tenemos que hacer cosas con las que no estamos de acuerdo, y a veces hacemos cosas que nunca pensamos que haríamos o podríamos hacer. Y son precisamente estos los eventos que tienen la mayor probabilidad de generar trauma, cuando tu sientes que perdiste el control de ti mismo o de la situación. Entonces, para aquellos policías que actúan con sesgos y luego se dan cuenta, esto puede ser traumático. Por lo tanto, en este momento histórico es importante reconocer que todos necesitamos tener una mayor conciencia de lo que es el sesgo cognitivo y tener más ‘herramientas’ [cognitivas, emocionales e internas] para de-escalar las situaciones [que despierten tensiones]. Para aquellos oficiales de policía que no han estado involucrado en estas situaciones, esto [también] puede ser muy estresante, ya que están bajo presión constante y monitoreados por la sociedad para ver si son verdaderos ‘monstruos’, para ver si actuarían de la misma manera [que los que han cometido abusos]. Pero creo que este es el momento justo para que los oficiales de policía realmente reflexionen seriamente sobre sus propios prejuicios, ya sea que hayan actuado incorrectamente o no.

Universidad de Columbia: ¿Pueden las comunidades llegar a experimentar PTSD por ‘contagio social’ al ver que estos incidentes [violentos] les suceden a sus miembros, incluso si no estuvieron presentes personalmente durante los hechos o si no conocen a la persona involucrada?

Dr. Suárez-Jiménez: Esta es otra pregunta difícil porque técnicamente la definición del PTSD requiere que la persona en cuestión haya experimentado o presenciado el evento, o que un amigo cercano o familiar lo haya experimentado. Y tiene que ser un peligro potencialmente mortal (percibido o real). Esto trae a la mente casos con pacientes con cáncer o ataque cardíaco donde su vida está en peligro real, pero la definición técnica de PTSD no consideraría estos eventos traumáticos como PTSD. Lo mismo sucede en el caso de los ataques de septiembre 11, donde muchas personas vieron las noticias y los videos, pero si no vieron las torres colapsarse directamente, o perdieron a alguien, o conocen a alguien que escapó de las torres, su situación no entra dentro del cuadro diagnóstico del PTSD. Esto no significa que muchas de esas personas no hayan desarrollado síntomas [típicos de PTSD] como paranoia, miedo, ansiedad, depresión a casa de estos eventos. Pero no serían tratados necesariamente como PTSD.

Universidad de Columbia: En términos generales, ¿cómo le afecta la violencia, como la sufrida por George Floyd, al público en general?

Dr. Suárez-Jiménez: Creo que muchos de nosotros estamos afectados por estas situaciones que ocurren una y otra vez. Cuando existen muchos prejuicios sobre la cultura, el genero, la raza, la sexualidad, la religión, etc., y quienes están en el poder no hacen nada para apoyar a los afectados o inclusive abusan de los grupos vulnerables, explotando estas diferencias, esto puede afectar nuestro bienestar mental, nuestra paz emocional, y nuestra sensación de seguridad. No me sorprende que muchas personas se sientan furiosas, frustradas, ansiosas y tristes al saber o pensar que algo como esto les puede pasar a ellos o a sus seres querido.

 

As special thanks for translating this article into Spanish to Yasmin Escobedo Lozoya, PhD, Postdoctoral Researcher, Department of Genetics, Harvard Medical School.

Tags

PTSD, police brutality